Poema de Fátima Aguilar*
No te stalkeo
Ni te dedico canciones
Prosa poética, no te escribo
Cuando me acaricio, no te invoco
De mis mejores conjuros, no te cuento
Nunca te dije donde queda mi casa
No te mostré mi árbol
Puede que hayas visto mis cicatrices,
Pero ni te atrevas a pensar que por eso me viste desnuda
Jamás te susurré nada al oído
Ni una sola pregunta
Ni una sola certeza
No sabés de qué color son mis miedos
Ni cuánto me aterran los relojes
Qué sabés de mis manos?
Qué sabés de mis huecos?
Qué sabés de los dolores y abusos
que penan sobre mi cuerpo?
La desnudez no puede reducirse
simplemente
a la ausencia de ropas
Ahora bien,
Si te interesa
podemos
Hacer música
y devorar poesía
Hacernos caricias
y convocarnos
Conjurar
y hechizarnos
Podría abrirte las puertas de la casa azul
y dejar que subas
y veas mis raíces en el cielo
Puedo susurrarte al oído
los colores de mis temores,
Sembrarte una pregunta en la mitad de la madrugada
Bombardearte una certeza
Podría, por supuesto que podría.
Entonces mis manos,
Mis huecos
Y la suavidad de mi territorio
Estarán ahí dibujados en la arena
Y serán accesibles a tus ojos y tus dudas.
Entonces, solo entonces
recibirán la belleza que guardan los tajos y heridas que llevo en la piel.
Entonces, solo entonces
podrás verme desnuda.