*Por Lida Duarte
Hay escasa documentación sobre la existencia de la india Juliana y su liderazgo para desafiar a los españoles que raptaban, torturaban, explotaban y violaban a las mujeres indígenas en la primera etapa de colonización/invasión. Aunque algunos textos históricos ofrecen fragmentos de su vivencia, un grupo de mujeres trabajó en investigar y poner en contexto las opresiones que sufrían las indígenas en un libro que, además nos expresa con ilustraciones su deseo de liberación.
Textos de Álvar Núñez Cabeza de Vaca y de su secretario hacen referencia a la India Juliana, todo lo demás conocemos a través de relatos tomados por historiadores. Cecilia Rodrigues tomó la literatura disponible en un trabajo de investigación y revisión histórica, en la que abandona la romantización de la “conquista española” y recupera el contexto en que vivían las mujeres indígenas, principalmente entre 1536 y 1539.
Tras ser derrotados en 1536 por los españoles, los caciques guaraníes entregaron a sus hijas como un acuerdo de paz, para establecer así relaciones de parentesco y reciprocidad con los extranjeros. Sin embargo, estos empezaron a violentarlas, explotándolas, torturándolas y abusando de ellas repetidamente, a lo que se sumó casi de inmediato el rapto desde sus comunidades.
Ante la ausencia de un sistema de justicia real en este nuevo proceso de formación social, surgieron las primeras ideas de rebelión, entre ellas la de India Juliana. Ella fue entregada al español Ñuño Cabrera, pero no soportó la violencia sistemática y para liberarse tuvo que asesinarlo. Bajo el grito de ¡Jajuka Ñande Ménape! llamó a sus compañeras a hacer lo mismo y desde entonces su figura quedó como un símbolo de resistencia femenina.
“Lo que hizo la India Juliana fue arengar a sus compañeras a que puedan liberarse de sus agresores”, comentó Flor Aguirre, responsable de las ilustraciones que dan vida al libro.
La obra recupera en su tapa la frase histórica como una invitación a conocer más de Juliana y de las múltiples violaciones de derechos de las que eran víctimas las mujeres indígenas y quienes hasta hoy sufren grandes barreras para alcanzar una vida plena, sin que ello implique el despojo de su cultura y de su cosmovisión.
El primer ejemplar se lanzó en el 2022 en una edición limitada y artesanal por la editorial Ayvu y con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes, de Argentina, en tanto que el formato fanzine se presentó la semana pasada en Encarnación, donde la organización feminista Kuña Róga hizo de anfitriona.
Inesperadamente el grupo empezó a ser atacado en las redes sociales por personas que interpretaron el título como una incitación a cometer homicidios, sin siquiera haber leído el contenido, que se limita a contar los hechos históricos y su contexto socioeconómico y político.
En la actualidad contamos con un sistema de justicia encaminado a la garantía de derechos y trata de forma específica a los pueblos indígenas. Las protestas sociales son las únicas herramientas reivindicativas de todas las organizaciones defensoras de derechos humanos en casos de incumplimiento de las normativas.
En el perfil de Facebook “El libro de Juliana” se pueden seguir las actividades de socialización del texto, que en abril saldrá por primera vez en formato digital para su acceso desde cualquier parte del mundo.
Ilustración: Flor Aguirre.