Por Karina Cicovin*

¿Cómo podemos pensar en el futuro cuando el presente arde y arrasa? No podemos más que pensar en un mundo de horrores.

Con la misma incertidumbre que nos provoca la pandemia o un cuento de ficción, miramos las imágenes de una provincia que arde, de zonas en diferentes puntos del país que se ven arrasadas por el fuego. Huele a humo, vuelan aves escapando de esa masa gris asfixiante. Muchos animales mueren, deformes y mutilados. La vegetación desaparece. Una pintura del infierno de  El Bosco podría resumir nuestros sentimientos, pensándolo como los vicios de una sociedad bajo la opresión capitalista que destruye todo.

Ese todo es el mundo que habitamos.

Pensamos que es imperioso  profundizar sobre este  tema. Informar y difundir, crear conciencia de la gravedad que las futuras generaciones vivirán.

Estas últimas semanas circularon muchas imágenes de un potente color naranja y de un gris profundamente oscuro. Colores que, en la paleta de nuestro territorio,  vemos más seguido y reemplaza poco a poco las gamas de verdes, azules y marrones.

¿Qué pasa que no podemos encontrar en los medios esta información?  No hay lugar, de eso no se habla, se ponen en tensión muchos intereses de grandes negocios inmobiliarios y agrícolas.  Es mejor ventilar aquellas  peleas faranduleras y  agrandar la grieta partidaria para  mantenernos alejades  de las cuestiones más importantes:  los bosques nativos, las zonas verdes y los incendios en muchos puntos del territorio argentino en estos últimos días.

Las monstruosidades y el engaño. Las políticas públicas que faltan y cómo enfrentamos este tipo de problema está puesto en las palabras de  Laura Gomez Silveira brigadista forestal civil. Forma parte de la Coordinadora Ambiental y de Derechos Humanos de las Sierras Chicas de la provincia de Córdoba y pertenece a la Asamblea por la Reserva de Bamba (La Calera).

La Coordinadora Ambiental y de Derechos Humanos de las Sierras Chicas  se formó en el año 2012, con integrantes que viven a lo largo de todo el territorio. Hay 15 reservas y áreas naturales protegidas a nivel nacional, provincial, municipal y comunal. Es una red de organizaciones y asambleas socioambientales de base, que trabajan en territorio. Abarca una extensión de 90 km. lineales aproximadamente,  las zonas de La Calera, Saldán, Villa Allende, Mendiolaza, Unquillo, Río Ceballos, Salsipuedes, El Manzano, Cerro Azul, Agua de Oro, La Granja, Jesus María, Colonia Caroya,  por eso la importancia de estar en red.

Al no tener personería jurídica no se consideran ONG. Es apartidaria y autogestiva,  no cuentan con ningún subsidio. La Coordinadora también participa  a nivel provincial  de la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo junto con otras organizaciones de toda la provincia.

¿Existen políticas públicas que puedan garantizar el cuidado del medio ambiente?

La problemática puntual en esta región es la existencia de estas reservas en papel, la gran mayoría no está reglamentada, no tienen gestión ni manejo, entonces no están cuidadas. Nosotres pulsamos por el llamado  Corredor de Sierras Chicas, que aúne todas estas reservas.

¿Por qué buscan dar impulso a la idea del corredor?

Porque son áreas protegidas y está el bosque nativo que nos queda en las Sierras Chicas y tiene puesto encima el ojo inmobiliario. Pretenden cambiar el uso del suelo para desarrollar sus emprendimientos.

Además de estos grandes negocios inmobiliarios, ¿qué otras problemáticas ocurren en la zona?

Hay canteras que funcionan hace muchos muchos años, Córdoba es una provincia minera. Impedimos que sigan extendiéndose, porque la mayoría está en zonas de reserva.

Además hay pistas de motocross ubicadas en las reservas. Y algo que existe en el interior de Córdoba es una gran cantidad de basurales a cielo abierto.

¿Podrías contarnos cuál es el motivo de estos incendios?

Los incendios son claramente intencionales, suceden todos los años, pero esta vez se les fue de las manos. No hay políticas públicas serias de restauración de tierras de bosque que se pierden, al momento son más de 47.000 hectáreas y sigue ardiendo la parte de Sierras Chicas y Punilla que es el otro corredor del norte.

Siempre están aquellos que aprovechan y hacen sus jugarretas, sea el gobierno o grandes empresarios con solvencia económica. Son cómplices muchas veces, permiten en la legislatura el cambio de suelo y el empresario lleva adelante sus proyectos.

Siempre decimos que nosotres somos quienes tenemos que formarnos y estudiar para luchar y pechar para que las leyes se cumplan.

Hay leyes que protegen al bosque nativo,  aunque se quemen no se pueden cambiar de categoría. La Ley de Bosques tiene 3 tipos de categorías: la roja donde no puede haber ningún tipo de intervención, la amarilla indica que si hubiera intervención tiene que realizarse previamente una audiencia pública  y un estudio de impacto ambiental y la verde implica a todo tipo de urbanizaciones ya realizadas. Existe una falsa creencia, piensan que si el bosque o las tierras  se incendian se puede cambiar el uso del suelo y hacer lo que uno quiera. Pero no es así,  hay leyes nacionales, provinciales, municipales y comunales que lo  impiden. Es la ciudadanía quién tiene que hacer que las leyes se cumplan. Por desconocimiento muchas veces no se hace.

¿Qué lugar ocupa la mujer y disidencias en este movimiento en red?

En todas estas organizaciones socioambientales como en muchas otras a lo largo de la historia del mundo y del país, la mayoría somos mujeres. Entre las compañeras tratamos de abrirnos camino a los codazos, porque las que vamos al frente somos nosotras pero la voz la tienen los hombres. También en el ambiente ambientalista hay que abrirse paso a los codazos y pedir voz. Nosotras y nuestros compañeros tratamos que sea equilibrado, que todas y todos tengamos voz de forma equitativa. La red se visibiliza de manera horizontal, cada uno con su forma de comunicar, pero todos con mucho conocimiento del territorio que vivimos y sobre todo cómo queremos vivir.

¿Cómo realizan su trabajo desde la Coordinadora?

Trabajamos para hacer frente a la problemática socioambiental, con muchísima militancia y autogestión. Desde la comunicación, la movilización y la información.

Entre el año 2016 y 2018 realizamos movilizaciones de hasta 40.000 personas contra el proyecto que pretendía cambiar la Ley de Bosque en Córdoba. Logramos pararla. En esta red siempre estamos alertas a lo largo del territorio, ante cualquier desmonte o problema ambiental.

Hacemos campaña de educación, enseñamos cómo separar la basura en domicilio, concientizamos para que no se entrampe a la fauna silvestre,  como zorros y pájaros. En los colegios contamos sobre nuestro bosque, el monte y la no introducción de especies exóticas e invasivas que se terminan apropiando del suelo.

Desde el año 2012, durante el fin de semana largo de noviembre, realizamos la cruzada por las Sierras Chicas por la soberanía de la tierra. Bajamos desde el norte hacia el sur durante tres  días, recorremos diferentes localidades y realizamos actividades para visibilizar todas las problemáticas y el trabajo de las organizaciones  en territorio. Esta es la actividad más fuerte que tenemos y cerramos con un festival.Allí se pueden encontrar diferentes productos: bolsas ecológicas, calcos, juegos didácticos. Con esas ventas nos financiamos durante el año, ya que somos autogestivos.

En septiembre también hacemos La peña de la Unión ambiental,  y recaudamos fondos para solventar los gastos.

En la provincia de Córdoba históricamente ante todas las catástrofes ambientales, sea como las inundaciones de Sierras Chicas en el año 2015 o estos incendios, quienes han estado a cargo del Poder Ejecutivo se refirieron a ello como desastres naturales, pero no es así. Ni por un tsunami ni por la sequía,  esto lo provoca la provincia  por el no manejo del bosque nativo que nos queda, la tala indiscriminada y la gran plantación de soja en  toda la frontera sur de la provincia de Córdoba y que pretenden subir más al norte.

No existen políticas públicas para los campesinos del norte que históricamente han vivido de sus animales, sus cultivos y la recolección de medicina como le llamamos a las malezas. En el monte tenemos una farmacia abierta y la estamos perdiendo. Sólo existen políticas públicas para los productores rurales.

No son catástrofes naturales, son la consecuencia de la mala conducción de los gobiernos históricamente en estos temas.

A la Coordinadora pueden seguirla en su Facebook: Coordinadora Ambiental y Derechos Humanos Sierras Chicas 

 

*Karina es Fotógrafa. Diplomada en Investigación Fotográfica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Estudios avanzados en Lic. Artes en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

 

 

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