Semana del medio ambiente Mujeres indígenas piden vida digna, tierra y territorio

*Por Noelia Díaz Esquivel

Edición: Mónica Bareiro

Preservar la naturaleza y mitigar los daños ambientales son las principales consignas de nuestro tiempo. El involucramiento de las mujeres indígenas y rurales es clave para la adopción de alternativas estratégicas, innovadoras y efectivas para hacer frente a los efectos negativos del cambio climático.

En la semana del Medio Ambiente conversamos con Anna Romero, excandidata a diputada por el departamento Central. Ella es oriunda de la nación Guaraní Occidental, distrito de Mariscal Estigarribia. Tiene una vasta trayectoria y un trabajo activo en organizaciones de pueblos indígenas que trabajan por el cumplimiento de los derechos fundamentales de las comunidades y pueblos de Paraguay.

Anna Romero, lideresa de la nación Guaraní Occidental. Fotografía: gentiliza.

Anna considera que el liderazgo de las mujeres indígenas es imprescindible porque sobre ellas recae la responsabilidad de toda una cultura, de preservar el idioma, de ser custodias de la alimentación, del territorio y de los saberes medicinales.

“Una de las grandes características que tenemos es la conexión justamente con la tierra y luego viene lo que sería el territorio y nuestra vida misma. Desde siempre fue así, vivíamos en armonía con estas tres características fundamentales. Y no existían todas estas situaciones de crisis ambiental, de despojo y no solamente a nivel de tierras y territorios, sino también desarmonización. Prácticamente valoramos más lo que hoy por hoy conocemos como tecnología y dejamos de lado lo que es fundamental para nuestra existencia misma, como seres humanos y como seres vivos”, reflexiona Anna.

El desequilibrio de la armonía de la que habla Anna implica mayores riesgos para las mujeres y las niñas debido a situaciones de pobreza, porque dificulta el acceso a recursos naturales. También impacta en los roles asociados con el género y las propias normas culturales, incluso afecta la salud de las comunidades.

La violencia de género también es un fenómeno preocupante que tiende a agravarse con los choques climático, particularmente cuando éstos generan despeamiento forzado.

Anna dice que “las mujeres somos protectoras, defendemos mucho lo que es el entorno y las pérdidas que a las que sobrevivimos hoy nos afecta mucho. Porque antes en los pueblos indígenas, nuestras ancestras por ejemplo, se rebuscaban cuando se enfermaban en medicina de las plantas. Hoy esto cambió, ya no se puede ir a buscar medicinas porque se echan los árboles, se deforesta. Recurrimos a los centros de salud, que a veces también cuesta, por la distancia y la barrera del idioma”.

Ante la adversidad, las mujeres indígenas no se dejan vencer y buscan soluciones. Adoptan alternativas innovadoras y efectivas para hacer frente a los efectos del cambio climático y a los riesgos que implica. Por ejemplo, desde hace al menos tres años se agruparon en la Red de Mujeres Guaraníes y llevan adelante un Banco de Semillas para conservar las especies que ancestralmente sirvieron para sanar a sus pueblos.

El Banco de Semillas se rige en base a una metodología: cada comunidad organiza su huerta, donde se siembran las plantas medicinales. Cuando estas crecen, son utilizadas para sanar y otra parte es secada y almacenada para replantar. “Ahora por ejemplo están plantando algunas variedades que están en peligro de extinción, como por ejemplo, la tuna naranja, que se utiliza como antioxidante y que inhibe la aparición de células cancerígenas”, explica la lideresa indígena.

Otra realidad es la contaminación de los cauces hídricos, que representan la única fuente de agua para diferentes comunidades indígenas. Ante esto, las mujeres siembran plantas acuáticas que ayudan a descontaminar los ríos contaminados por las estancias y así obtener agua potable.

 

El liderazgo femenino y el cambio climático 

Para Anna es fundamental que las mujeres indígenas estén en la política, porque ellas son ancestralmente las encargadas de la preservación, el conocimiento, la cultura, el idioma, la vida misma. “Es importante que dentro de los programas políticos y en los mismos poderes del Estado tengan en cuenta la visión de la mujer indígena, ello será fundamental para nuestra sobrevivencia en el presente y futuro”, dice.

Remarca que desde siempre las mujeres indígenas defendieron la existencia de sus pueblos. Ahora más que nunca, ante los muchos desalojos de los que fueron víctimas en los últimos años ya que ellas son quienes se convierten en la barrera protectora de toda su gente.

Anna dice que su sueño es “tener una vida digna, tener tierra y territorio, y proteger las prácticas y conocimientos ancestrales que hasta hoy seguimos resguardando”.

 

*Este material fue producido en el marco del programa Voces Para la Acción Climática Justa, implementado en Paraguay por WWF Paraguay y Avina.

 

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