La violencia digital de género existe, pero en sociedades significativamente machistas, nombrarla como tal no es suficiente, también es necesario registrarla, evidenciarla y clasificarla. En este marco desde la Organización Tecnología y Derechos Humanos (TEDIC) llevaron a cabo la primera investigación exploratoria sobre este tipo de violencia, dirigida a mujeres periodistas en Paraguay.

Las investigadoras Maricarmen Sequera y Jazmín Acuña identificaron la necesidad de liderar este trabajo dado que la dinámica del debate político y periodístico ha sido transformada por Internet y las redes sociales y ante esta realidad las periodistas deben enfrentar diariamente la violencia de género digital, con consecuencias significativas tanto en el ámbito personal como profesional.

“El objetivo es proveer de insumos que podrían servir para políticas públicas más reales y concretas adaptadas a nuestra realidad nacional”, explica Maricarmen Sequera, coordinadora de la investigación.

El objetivo principal fue evaluar si las participantes habían sufrido violencia digital relacionada con su género en el entorno periodístico, desafiando así la noción errónea de que la violencia de género se limita a contextos físicos y demostrando cómo se manifiesta en el mundo digital. Mediante encuestas, entrevistas y grupos focales, la investigación caracterizó la violencia en línea contra periodistas en Paraguay. Más de 100 profesionales de medios aportaron valiosas perspectivas, enriqueciendo el informe con sus experiencias.

Entre los hallazgos más resaltantes, se encuentra que:

  • En Paraguay, las periodistas enfrentan 12 formas específicas de agresiones en línea, desde insultos y amenazas hasta difamación y exposición de información personal, conforme con la clasificación de violencia digital de género llevada a cabo por TEDIC, en conjunto con varias organizaciones.
  • La cobertura de temas sensibles, el ejercicio de un periodismo crítico y el género de las periodistas son factores desencadenantes de esta violencia.
  • Las mujeres periodistas son atacadas de manera desproporcionada en aspectos relacionados con su imagen y capacidad intelectual en comparación con sus colegas masculinos.
  • De un total de 239 agresores registrados, los anónimos son predominantes, seguidos de trolls, grupos anti-derechos y en una menor medida autoridades del Estado, situación que puede variar dependiente de la población específica estudiada.
  • Se detectaron posibles ataques coordinados, lo que resalta la necesidad de medidas de protección y apoyo en el entorno digital.

“Según los datos recabados en los grupos focales aplicados a periodistas de Central, Ciudad del Este, Villarrica, Coronel Oviedo y Encarnación, la gran mayoría de los agresores se encuentran en las fuentes periodistas que terminan con acoso sistemático fuera de horario laboral. Sin embargo, en Asunción, los ataques vienen, con más frecuencia, de perfiles anónimos en redes, también se da en los espacios de trabajo”, expresa Sequera.

Esta investigación reconoce el papel fundamental de las mujeres periodistas como defensoras de la libertad de expresión y resalta la necesidad de abordar la violencia digital dirigida a éstas y promover la capacitación en seguridad digital. 

Asimismo, destaca la responsabilidad de los medios de comunicación y otros actores determinantes en la prevención de la violencia digital y pone de manifiesto la imperiosa necesidad de establecer protocolos efectivos contra la violencia de género en los medios de comunicación. 

A pesar de los desafíos persistentes que enfrentan, las mujeres periodistas rompen con estereotipos de género, superan obstáculos culturales, disputan espacios para ser voces de los más vulnerables y defienden la libertad de expresión. 

Clic aquí para leer la investigación completa.

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