*Por Fachu Aguilar
Se anuncia que Meli Fleitas está viva. Lejos de las mentiras mediáticas, de las burocracias de la impunidad y la injusticia femicida. Meli Fleitas está viva.
Viva en la mirada de las chicas que no se cansan de buscarla, de sus amigas y su manada que pregunta insistentemente ¿Dónde está Meli Fleitas?
Se anuncia que Meli Fleitas está viva. En quienes la vieron disfrutar de la música y en quienes la conocimos en esta búsqueda.
Se anuncia que Meli Fleitas es rebelde, es mujer y joven, es pobre y está viva, ni princesa, ni sumisa, ni nena buena. Se la vio en el fuego y en la barricada vestida de negro y con las chicas.
El cuerpo firme y la mirada guerrera. Haciendo de su cuerpo un territorio de sus propias de decisiones. Siendo quien quiso ser y no quien le impusieron que sea.
La muerte no puede con ella, Meli está viva en todas partes, está viva en Ypakarai, en quienes la recuerdan y en quienes la buscaron mientras estuvo desaparecida.
Redistribuyendo el miedo la vieron a Meli entre las perras. Se alimenta de la rabia organizada de quienes siguen preguntando sin descanso ¿Dónde estuvo Meli este último año? ¿Qué hiciste vos para que Meli aparezca?
Su cuerpo profanado emergió de la tierra porque escuchó el llamado de la manada. La manada la llora y grita. No estamos todas, falta Meliza.
Porque a Meliza la mató el patriarcado. A Meliza la asesinó Jaime Fernández Vera y las chicas lo saben y también saben que ellos lo supieron siempre y callaron y permitieron que Jaime huyera. Por eso ellos también la mataron. Son cómplices. Que todes lo sepan.
Pero Meli es Feroz como la manada que la busca, la manada que asumió la tarea de la investigación porque del Estado femicida y cómplice nada esperan. Sin embargo no descansa y destapa la olla y denuncia que el Poder Judicial también colecciona armas para matar la voz de las mujeres. Porque como Meli tantas más por ser mujer, están desaparecidas o muertas.
Contra todo pronóstico patriarcal y frente a las infamias de la injusticia y la impunidad, Meliza está viva en nuestra rabia y nuestro deseo de justicia. Meliza está acá, nos convoca a encontrar a Jaime y que pague por femicida. Que le vuelva cada masazo y cada grito, que sienta que el cuerpo se le enferma, que le despierta el sudor de la culpa, que no sepa huir de sí mismo y de lo que hizo. Que le paralice el miedo, que le duela, que le duela. Que no entienda ni que le duele y que el rostro le delate que en sus rasgos y en sus muecas todo cuente que en Ypakarai, él mató a una de las nuestras.
Que sea tan obvio, que ninguna otra mujer a él se acerque. Que la alerta se active y que se escuché en toda América. Dicen que está en Colombia. Hermanas colombianas ¡aleeeeeertaaaaa! A Jaime lo queremos encontrar y lo vamos a encontrar. Necesitamos que miren su rostro y estén atentas. Pero hoy nos abrazamos y lloramos juntas, dignificamos la rabia y la locura. Nos permitimos ser pequeñitas en nuestras fortalezas. Nos abrazamos del cuerpo de la que está a lado, para que ese abrazo nos proteja, para no ser la próxima, para no perder fuerzas, para saber que la esperanza va a volver y que otro horizonte está cerca. Que vamos a destruirlo todo. Pero también asumimos la tarea histórica de crearlo de vuelta. Hoy lloramos y nuestras lágrimas llora, Meli Fleitas Llora también, Raquel Llora también, Dalma llora, Ruth Jara. Lloramos todas y morimos un poco junto a nuestras muertas y nuestras presas. Nos atrevemos a transitar entre la vida y la muerte y esa es nuestra historia de resistencia. Pero no queremos apenas eso, queremos estar vivas y que la vida sea algo más que sobrevivir a la muerte y tantas violencias.
Somos muchas, estamos juntas y hoy estamos acá y entre nosotras arde el fuego de Meli Fleitas.
*Fachu Aguilar es comunicadora, poetisa, militante feminista.