Me atrevo a denunciar tanta violencia hacía las mujeres, a rabiar por sentir enojo e impotencia cuando soy acosada en la calle con palabras groseras, miradas lascivas. Y todavía soy aún más violentada cuando me defiendo, claro debería de ser sumisa, seguir en silencio según esos mandatos de género que decidí desobedecer.
Me atrevo a decirle a un hombre cuando su comportamiento es machista, cuando no me escucha, cuando repite lo mismo que dije y ahí es aceptada la idea, la misma que acababa de plantear yo, una mujer. Cuando habla de querer luchar desde el feminismo pero sigue reproduciendo las mismas prácticas machistas y patriarcales dejando caer implícita o explícitamente su irresponsabilidad afectiva sobre mí, la mujer.
Me atrevo a decir basta de violencia, #NiUnaMenos cuando el corazón se me rompe y la rabia sigue en aumento al enterarme de un nuevo caso de feminicidio.
Me atrevo a desenmascarar a la sociedad que me culpa por ser acosada, por ser golpeada, por ser violada, por quedar embarazada luego de ser violada, por ser asesinada. Cuando todavía me juzgan por dónde estaba, cómo vestía, qué hora era, que cómo voy a salir sola.
Y me canso a veces, otras lloro o grito pero siempre estoy de pie para seguir luchando con la ternura, la alegría feminista necesaria, para seguir caminando con muchas otras mujeres, para que un día el patriarcado y capitalismo que tanto nos dañan caigan juntos.
En una sociedad profundamente violenta y desigual hoy nos posiciona en dos caminos: feminismo o barbarie. Sólo el feminismo tiene la propuesta de una sociedad libre de violencias, y es por ello que tanto atacan, porque estamos atentando contra esos privilegios.
Nosotras tenemos la certeza de que la revolución será feminista o no será.
*Cony Oviedo es militante feminista, comunicadora, educadora popular, intentando ser poetiza.