*Por Monserrat Díaz
Sentada junto al rio percibo la brisa llenarme de ganas de llorar, al correr el agua corren mis lagrimas a la par. Agua que limpia, agua que sana, agua que se lleva mi memoria y todo se calma.
Me encuentro con ellas, su abrazo en miradas y entonces recuerdo que somos aliadas. Reflejan historias que se entrelanzan con mi nostalgia, son magia, son brujas, son resistencia que me acompaña.
Soy ellas y ellas yo, no somos sin la otra, así es el amor. Hablamos de la vida y ahí no para porque en el lenguaje nos reconstruimos con fuerza y batalla.
Seguimos de pie y vamos colmadas de brisa que ahora se convierte en palmadas. Caminamos juntas, caminamos bastas, caminamos llenas de voz y esperanza.
Ellas son mi tribu, mi tribu de matria.