¡CHE RETE CHE MBA’E!

*Por Noelia Díaz Esquivel

En el día de la mujer paraguaya queremos celebrar la libertad de los cuerpos. Esos cuerpos que fueron maltratados y abusados en las guerras, pero que gestaron tras el genocidio. Esos cuerpos que alguna vez donaron las joyas que los adornaban. Aquellos que piden a gritos salir de la oscuridad de lo privado. También los oprimidos por la belleza impuesta por las medidas. Esos cuerpos que envían nudes. Los que quieren bailar y abrazar el placer.

Este 24 de febrero, más que, nunca ¡Che Rete Che Mba’e!

Mónica Bareiro es la guía en este viaje. Hace 18 días emprendió un paseo fotográfico en el que su cuerpo es el paisaje retratado. Asumió el desafío de revelarse al tabú de la desnudez, a la imposición de una perfección inalcanzable. Nos invita a hacer el ejercicio de contemplar y crear a partir de lo que sentimos, vemos y creamos en lo cotidiano, en los días grises y en esos llenos de sol, porque todas podemos encontrar instantes de luz que nos iluminan en la frecuente oscuridad.

Esta es una entrevista íntima, pero también pública. Qué mejor manera de celebrarnos que amar nuestros cuerpos, reconociendo la belleza en la diversidad de las formas.

¿De qué se trata el desafío #instante2022, cómo surge?

El desafío nace hace 8 años, inicialmente se llamaba desafío analógico porque se hacía con cámaras analógicas, pero fue mutando y después se hacía solamente con cámaras de celular. Yo este año decidí hacer a mi modo y lo hago con mi cámara fotográfica réflex.

Nace en España, tengo una amiga que tiene una editorial y se llama Marian Hernández, pero su nombre artístico es Maitena Caimán, ella se dedica a la escritura intima, la escritura de diarios íntimos para reconstruir el relato femenino, la historia femenina que muchas veces se perdió en el tiempo.

Es un desafío gratuito, no tiene otra intensión que facilitar un espacio de encuentro o un relato diario de la belleza en todas sus formas y sobre todo la belleza cotidiana. Cada día puede ser un poema, cada día aunque no nos demos cuenta puede ser un relato lindo. Es un desafío de fotografía y de escritura, pero algunas se enfocan más en la foto, otras en los textos. Este año es la tercera vez que participo, pensé que por más que viaje lo que siempre voy a tener es a mí y decidí hacerme fotos desnuda, porque era como pasar una barrera. Para mí es muy importante normalizar a los cuerpos. Para mí no es escandaloso, yo crecí viendo a mi mamá vestirse y desvestirse frente a nosotros y para mí es muy natural. También fue que hace muchos años envío nudes y siempre me sacaba fotos que me gustaban.

A mí me gusta sacarme fotos y era como una doble vida. Era como un secreto. Y por qué no poder publicar si a mí me gusta? Quise romper ese pudorcito hipócrita. A mí me gusta mi cuerpo a pesar de no ser heteronormado.

¿Te parece que es una forma de rebelión contra los cuerpos hegemónicos, contra lo privado?

Absolutamente. Yo no predico y no hago body positive, yo sé que mi cuerpo no es el más sano del mundo, pero a mí me gusta, yo lo quiero. Entonces me hago fotos.

La gente puede pensar, qué lo que hace esta gorda sacándose fotos. Esta gorda se quiere, se gusta y se hace esas fotos porque soy linda y está bueno.

Me encantaría tener un cuerpo heteronormado, pero no tengo y no por eso voy a dejar de disfrutar mi cuerpo y no por eso mi cuerpo va a dejar de ser normal. Mi cuerpo es normal y es muy genial poder normalizar eso y que la gente también lo haga. Era una barrera imaginaria nomas que, no solo yo, sino que mucha gente se pone todos los días.

¿Considerás que esto podría ser parte de una terapia de reconciliación de las mujeres con sus cuerpos?

Totalmente. Yo todos los días me hago una cantidad de fotos que desperdicio, pero todos los días me saco una nueva foto. Todos los días es pensar en el ángulo, en la luz, es pensar en mí y qué parte de mi cuerpo quiero que sea lo lindo del día. Es un tiempo para mí y para nadie más, un tiempo para que yo misma me conozca mejor. Para que yo vea el tema de mis estrías y por qué no se van a ver si son normales y quedan lindas, están buenas en las fotos. Es una terapia, absolutamente. Además, yo empecé esto porque tengo muchas secuelas después del covid, tengo covid prolongado entonces mi memoria es un desastre y fue terapéutico. Bueno, en principio no tanto por lo del cuerpo, sino porque yo me quería acordar, quería llevar un registro. Me siento mejor desde que empecé el desafío. A veces no sale de una, a veces vuelvo a la tarde y me hago de nuevo fotos. Sobre todo es entender que no todos los días van a ser iguales, que no todo va ser fácil. Es prueba y error constante, pero es reconciliarse con el cuerpo todos los días un poco más.

¿Qué dice tu familia al respecto?

Tengo que reconocer que mi familia es bastante abierta. Nuestra crianza y forma de vida es bastante respetuosa de las decisiones que tomamos, eso fue siempre así, desde chiquita. No te cuestionan nada, ni si quiera cuando empecé a hablar de que no quería casarme ni tener hijos. Jamás me cuestionaron.

Con los desnudos, como me siguen mis sobrinos, mis primitas, todos, pensaba que iba a haber cierta incomodidad y no hubo nada. Mi mamá incluso posó en una de las fotos conmigo, de la manera más natural.

Llegué y le dije: mami quiero que salgas en una foto conmigo. El único requisito que impuso fue ver la imagen antes que se publique. Se quitó la ropa tranquilamente. Con respecto a mis sobrinas, a mí me encantaría que ellas normalicen y que sepan que no hace falta medir 90-60-90 para amar sus cuerpos. Es como un testimonio que yo dejo para ellas.

¿Invitas a otras mujeres a sumarse al desafío?

Creo que por el tipo de sociedad en que vivimos el entorno es aún más conservador, pero ya estamos en el 2022, si no nos animamos nosotras a romper con esos estereotipos estamos destinas a quedarnos siempre encerraditas, cocinando y esperando a nuestro maridos ¡No puede ser!. Tenemos que querernos. No digo que se saquen fotos desnudas y publiquen, porque entiendo que para muchas debe ser un proceso súper largo y no debe ser fácil. Pero hay muchas formas posibles de revolucionar y entonces, aunque parezca difícil, las animo a que lo hagan. Las animo a seguir el hashtag de este desafío que se llama #instante2022 y que vean que sus días puede ser lindos. No hacen falta grandes cosas, sino describir la belleza de lo cotidiano.

Paraguay no es el mejor del mundo. Tenemos que enfrentar desafíos mucho más grandes que sacarnos fotos desnudas, pero este es un paso para que la sociedad nos respete. Yo me estoy sacando fotos porque quiero, porque es mi decisión y no por imposición de nadie, es mostrarle al mundo y el país que yo soy dueña de mi cuerpo.

Yo no elijo estas fotos sola y cuando no puedo decidir le paso a la persona con quien estoy saliendo y me ayuda. Los fines de semana elijo con mi mamá. Me respetan y siento que me animan a hacer esto. Si yo me respeto me respetan los demás.

¿Cuál fue la repercusión de las fotos, alguien te violentó?

Nada! yo pensaba que sí iba a recibir algo negativo. Mi tía católica, la que entra a las redes a dejar comentarios, le da likes a todas mis fotos, ella es spam. Y mi hermana, católica también! La pareja de tío y tía católica le llamó a mamá a preguntar cuando iría a su casa para sacarles fotos también.

Este es un acto de liberación que empezó de manera inconsciente, que empezó porque yo quería hacer algo para mí, por el covid y porque iba a ser un desafío encontrar 24 ángulos diferentes de mi cuerpo y publicar.

Pero lo que está saliendo me sorprende. Mi tía le dijo a mamá que algún día voy a hacer algo grande con esto.

¿Cómo elegís las músicas que acompañan cada día de publicación?

Este año para mí son tres cosas. Trabajar con la cámara semi profesional réflex es complicado. Buscar la luz, el ángulo, sujetar el equipo, poner temporizador y correr hasta el lugar que elegí, volver a ver si salió como yo quería. Descargo la foto, edito un poco, escribo en un papel y eso lo hago escuchando algo. Siempre critican mi playlist porque dicen que escucho música rara, que nadie más escucha. Entonces se dio de casualidad (lo de la música), pero yo quería transmitir el ritual que había detrás de cada foto y eso incluye una música, eso también lo quise compartir.  Para los textos me ayuda una amiga. Para mucha gente estoy más denuda en las fotos, pero en realidad lo estoy más en los textos, porque es ahí donde me muestro sin filtros. Trato que el texto sea lo más honesto posible. Siempre me dio más vergüenza que alguien me lea antes que me vea desnuda.

En este desafío estoy más desnuda en el texto que en la foto.

Este revolucionario y terapéutico #desafío2022 lo podés seguir a través de la cuenta de Instagram @monibarerio.

Hoy la propuesta es gozar de la libertad de la desnudez. Paráte frente a un espejo o una cámara, sacáte la ropa y contempláte, acariciáte y perdónate. El camino a la aceptación recién empieza…