Por Noelia Díaz Esquivel
Hace 5 años, en el 2017, estudiantes de la universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, se manifestaron reclamando la destitución arbitraria, del entonces decano, José Antonio Galeano por parte del rector de dicha universidad, Narcizo Velázquez.
Aurora Lezcano fue una de las jóvenes que junto a docentes, funcionarios y estudiantes reclamaban las reiteradas y profundas expresiones de autoritarismo generadas desde la Universidad. La protesta duró 45 días. Y 6 personas terminaron procesadas por “coacción”.
“Nuestro decano se jubiló como docente de la facultad y el rector tomó como una renuncia a su cargo de decano. Los decanos de la UCA son nombrados por la Conferencia Episcopal Paraguay (CEP) no son electos por el rector. Solicitamos, como gremio estudiantil, respuestas al rector que no fueron atendidas. Hicimos un montón de actos simbólicos para que nos dé una respuesta. Nosotros veníamos llevando adelante una serie de protestas porque se dieron varios cambios de estatutos, donde los estudiantes, cada vez más, perdían espacios de participación dentro del organigrama de la universidad. Queríamos que se reforme el estatuto y saber qué pasó con nuestro decano”, relató Aurora en una entrevista realizada por el programa de radio feminista #LaBuenaYunta.
Aurora Ysapy Lezcano Coronel, tiene hoy 30 años y es la primera estudiante en ser enjuiciada luego de participar en una manifestación estudiantil en 72 años de historia de la Universidad Católica (UCA).
La joven menciona que los demás estudiantes procesados aceptaron la suspensión condicional del procedimiento para evitar ir a juicio oral. Sin embargo, ella no estaba dispuesta a aceptar el hecho por el cual la acusan, porque protestar es un derecho. Está convencida de su inocencia, “nos denuncian por coacción. La coacción es obligarle a alguien mediante la fuerza o la amenaza a aceptar algo que no quiere aceptar o a padecer algo que no quiera. Nosotros supuestamente le coaccionamos a la universidad. Lo cual no tiene ningún sentido. En las testimoniales el rector, el secretario general y una de las vice rectoras dijeron que en ningún momento hablaron conmigo.
¿Ahora participar de una protesta es coaccionarle a una institución? Es muy fuerte el mensaje hacia las personas que luchamos para que este país no sea tan de mierda como lo es en este momento. Y esa es la razón que me lleva a mi a decir no, yo no voy a aceptar una responsabilidad penal por una acción colectiva y en la que ni siquiera estuve de manera súper activa”
La semana pasada Aurora fue llevada al banquillo de los acusados y enfrenta un juicio oral y público que se reanudará este miércoles 16 de marzo. Durante el juicio, hasta ahora, las autoridades declararon nunca haberse cruzado ni conversado con la estudiante. La acusan de obligarla a firmar un acuerdo entre autoridades y manifestantes en la Fiscalía, pero no recuerdan haberla visto o escuchado hablar durante el proceso de negociación.
De ser hallada culpable se expone a una pena de multa o dos años de cárcel. Su condena, si sólo dependiera de la decisión de quienes administran la justicia, está cantada, porque en este país la iglesia nunca pierde.
A modo de ejemplo, recordemos el caso de María Belén Whittingslow, quien denunció por acoso sexual a su profesor Cristian Kriskovich. El hombre resultó absuelto a pesar de los más de 1600 mensajes que evidenciaron la denuncia de la joven. La justicia paraguaya consideró que los mensajes de este profesor a su alumna, en dónde entre otras cosas le decía que quería tener “sexo salvaje” con ella, era parte de un “galanteo”. Finalmente Belén, fue involucrada en los casos de compra notas y tuvo que irse del país.
“Cuando eso y hasta hoy hay denuncias de acoso sexual que no fueron atendidas. Como estudiantes presentamos un proyecto de protocolo y acción ante situaciones de violencia y fue vilmente canjeado”, denuncia Aurora.
El propio Edmundo Valenzuela, ex arzobispo de Asunción, dijo en una reunión durante el conflicto de la UCA a los estudiantes: “ustedes se merecen un castigo ejemplar”.
“Muchas veces hacer lo correcto no es hacer lo más fácil. Yo creo que es necesario empezar a hacer lo correcto por más de que sea complicado y no sea muchas veces lo que convenga”
Aurora pide justicia, sigue en esta batalla contra la iglesia y el estado para que protestar sea una derecho y nunca más un crimen.