*Por Noelia Díaz Esquivel
Edición: Mónica Bareiro
Aquel día la temperatura no llegaba ni a los 30 grados en Puerto Casado, comunidad a orillas del río Paraguay, en pleno Chaco a 630 km de Asunción. Esa temperatura se puede considerar una delicia en comparación al intenso calor que abraza la mayor parte del año a la región.
Con una polvareda que impedía disfrutar a pleno del paisaje y distinguir entre los karanda’y, quebracho colorado, lapachos y palos borrachos, avanzábamos por un arcilloso terraplén seco. Nuestro destino está a unos 35 km de Puerto Casado, se trata de la comunidad Machete Vaina, una comunidad de la etnia Maskoy.
A mitad de camino hubo un giro a la derecha, la pista empeoró, pero el bosque se expandió y a la travesía se sumó una bandada de tuyuyú cuarteleros que desplegaba sus alas con una elegancia cautivante, pasando de un lado al otro del sendero.

Fotografía: Mónica Bareiro.
El melancólico gris de la sequía estaba cambiando de color. Adelante, un cartel de madera pintado con letras blancas anunció la llegada: “Bienvenido a la comunidad Machete Vaina” y un tajamar dió la bienvenida con una postal: dos mujeres mayores metidas casi a medio cuerpo, pescando entre la alfombra verde de plantas acuáticas.

Fotografía: Mónica Bareiro.
Historia de lucha por la tierra y el agua
El epicentro de la comunidad Machete Vaina, del pueblo Maskoy, estaba unos metros más adelante, compuesta por viviendas de armoniosa estructura, separadas unas de otras por cercas de postes, alambre y un encantador factor común: plantas de colores, muchos colores que transmiten una sensación diferente a cualquier pueblo. Y en el centro de la comunidad, una gran explanada de pasto en donde se ubica un imponente y también florido yvyra verá (árbol de guayacán).

Fotografía: Mónica Bareiro.
La comunidad está notable y pulcramente asentada alrededor de la plazoleta. Las viviendas, el centro comunitario, dispensario de salud y la escuela Nº 14.708 donde asisten las niñas y niños de la comunidad a dar clases con el sistema plurigrado.

Fotografía: Mónica Bareiro.
Verónica Martínez es docente, relata que su familia se asentó en este territorio cuando ella todavía era una niña, en 1987 año en que la comunidad logró la histórica recuperación de unas 35.000 hectáreas de tierras ancestrales.

Verónica Martínez, docente de la escuela Nº 14.708. Fotografía: Mónica Bareiro.
En esa época una gran parte del departamento de Alto Paraguay se encontraba en manos de la empresa Carlos Casado SA, que explotó los recursos naturales del Chaco en una gran extensión, con la instalación de la primera industria taninera (extracto de quebracho), de la región.
Sin embargo, la historia de resistencia del pueblo Maskoy inició mucho antes de la memorable conquista de tierras. Históricamente habían tenido que sobrevivir a la falta de agua en sus territorios.

Fotografía: Mónica Bareiro.
La profe Verónica relata que desde siempre, las sequías afectaron fuertemente a esta comunidad y a todos los demás territorios indígenas de la región Occidental de Paraguay. Recuerda que en 1988, había una laguna que servía para beber, para el aseo personal y el lavado de ropas “pero cuando ya no llueve todo se seca”, explica.
Años más tarde, con el objetivo de garantizar agua para todo el año, una oenegé, cuyo nombre dice no recordar, cavó otro tajamar, pero la lluvia tampoco fue suficiente y pronto asoló la sequía. La congregación de los Salesianos hizo lo mismo, pero el agua que emanaba de ese estanque no era apta para el consumo “era demasiado salada”, rememora.
“Luego salió un proyecto de SENAVITAT (actualmente Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat) con el que se habilitaron tanques de agua en cada casa, pero eran pequeños. En el marco de otro proyecto se pidió un tanque más grande y eso es lo que ahora estamos usando”, explica Martínez.

Fotografía: Mónica Bareiro.
Carlos Giesbrecht, director de la la organización civil Pro Comunidades Indígenas (PCI), explica que actualmente tres comunidades indígenas de la etnia Maskoy, del distrito de Puerto Casado, tienen instalado un sistema de agua para mitigar el impacto de la sequía. Está a cargo del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa) y cuenta con la cooperación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El sistema de captación de agua es con tanques ubicados bajo tierra y la colocación de canaletas en cada casa, de modo a juntar la lluvia, que luego se decanta en los reservorios. Al final de cada canaleta hay un filtro que cumple la función de colar el líquido antes de que llegue a los tanques y permite que sea apto para el consumo humano.

Fotografía: Mónica Bareiro.
¡Para que haya agua todo el tiempo, tiene que llover!
“A veces llueve y tenemos agua, ahora ya no y nuestros tambores están todos vacíos. Estamos usando el agua que queda en los tanques de la escuela, el dispensario de salud, la iglesia y el tinglado. Para racionalizar nos vamos a lavar la ropa y a bañarnos al tajamar «, dice resignada Verónica.
Lo paradójico es que esta penosa realidad tiene lugar a escasos kilómetros de Puerto Casado, lugar donde se instaló la planta de bombeo del fallido sistema de acuerdo para el Chaco, inaugurado con bombos y platillos por el expresidente Mario Abdo, pero que solo funcionó (medianamente) por un día.
El acueducto tuvo un costo de más de 130 millones de dólares y el proyecto se encuentra parado desde finales de diciembre del 2022. La megaobra fue promocionada como un medio para llevar “vida” al corazón del Chaco, pero el vital líquido, a pesar del potencial del río Paraguay, sigue sin llegar a las comunidades chaqueñas.
*𝘌𝘴𝘵𝘦 𝘮𝘢𝘵𝘦𝘳𝘪𝘢𝘭 𝘧𝘶𝘦 𝘱𝘳𝘰𝘥𝘶𝘤𝘪𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘮𝘢𝘳𝘤𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘱𝘳oyecto 𝘝𝘰𝘤𝘦𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘭𝘢 𝘈𝘤𝘤𝘪ó𝘯 𝘊𝘭𝘪𝘮á𝘵𝘪𝘤𝘢 𝘑𝘶𝘴𝘵𝘢 (𝘝𝘈𝘊), 𝘪𝘮𝘱𝘭𝘦𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘗𝘢𝘳𝘢𝘨𝘶𝘢𝘺 𝘱𝘰𝘳 𝘞𝘞𝘍-𝘗𝘢𝘳𝘢𝘨𝘶𝘢𝘺 𝘺 𝘍𝘶𝘯𝘥𝘢𝘤𝘪ó𝘯 𝘈𝘷𝘪𝘯𝘢.
*Fuentes:
https://etniasdelmundo.com/c-otras-etnias/maskoy/?expand_article=1
https://www.ultimahora.com/casado-nativos-sufren-falta-de-agua-cerca-del-acueducto
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2010/11/101125_paraguay_chaco_am
https://www.ultimahora.com/indigenas-crean-un-sistema-captar-agua-el-chaco-n3036490
https://www.hoy.com.py/nacionales/gobierno-de-mario-abdo-inauguro-acueducto-del-chaco-pese-a-falla